27 Mar Las dos competencias necesarias para liderar un proceso de participación
En el artículo de febrero ya esbozamos la idea de que los procesos participativos están relacionados con el liderazgo. De hecho, un proceso necesita una visión de liderazgo para conducirlo y obtener resultados satisfactorios. Hoy nos proponemos ahondar todavía más en la relación que existe entre ambos.
Para ello, después de un largo camino en el que hemos ido diseccionando los elementos que componen un proceso de participación ciudadana, por fin llegamos al corazón de la cuestión:
¿Cómo se lidera un proceso de participación?
¿Es algo lineal? ¿primero se da un paso y después el siguiente?
¿Hay una receta concreta para desplegar el liderazgo?
En el artículo de marzo exponemos cuatro puntos clave que pueden ayudar a comprender mejor cómo se ejerce o cómo impulsamos el liderazgo desde la perspectiva de Genea.
No solo nos detenemos a explicar la parte táctica, de la que hemos hablado en más de una ocasión: escucha activa, crear relaciones de confianza, comprender el contexto y ampliar la mirada para integrar la diversidad. En este caso hemos ido un paso más allá. Ahondamos en los pilares que sustentan el liderazgo, esa influencia positiva en los demás que consigue liberar la inteligencia colectiva.
Para ello, hablamos de dos competencias muy necesarias para resolver problemas y conflictos en el entorno de complejidad en el que actualmente vivimos: pensamiento sistémico y enfoque estratégico.
En realidad, aunque parecen términos complejos, simplificando mucho te diremos que casi todo se reduce a una clave: las personas.
Quédate con nosotros porque pensamos que el artículo es revelador. A nosotros nos lo parece.
Si tú también lo crees después de leerlo, danos tu opinión, compártelo con otras personas y empieza también a ejercer tu influencia positiva en los demás.
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